Cada vez que vamos de viaje o que nos reunimos con la familia, nos gusta recordar eses momentos con la ayuda de las fotografías. A veces, esa foto, que piensas que podrá ser el siguiente elemento decorativo de tu casa, se convierte en todo lo contrario, porque salimos fatal.
Hay gente que es fotogénica y otros que no lo somos tanto, por ello, vamos a darte unos consejos para intentar que esos recuerdos sean los más perfectos. Por experiencia, las fotos que están sacadas muy cerca, que solo nos pilla el rostro, son odiosas, porque siempre salimos mal, por ello, lo mejor es que haga una cierta distancia entre el objetivo y tú.
Tras haber dicho esto, olvídate de las fotos que uno se hace a sí mismo, porque el enfoque sigue estando muy cercano al rostro. Levantar la cabeza es mucho mejor que si la agachamos…pruébalo y verás.
Si tienes la cara muy redonda, evita mirar de frente a la cámara…es mejor girar ligeramente el rostro. No intentes forzar una sonrisa…muchas veces es mejor estar un poco más serio que no usar esa cara de constreñido, que a veces ponemos.