Algunas veces, aún teniendo una pareja estable, caemos en la trampa de la infidelidad, ya sea por lo que consideramos un desliz o por estar pasando una mala racha…sea como fuere, siguen siendo un engaño hacia esa persona con la que compartimos nuestra vida.
Las dudas se agolpan luego…¿lo confieso o me callo?. Cada opción tiene sus pros y sus contras, eso está claro. Si lo confiesas, puede ser el principio del fin, pero por otro lado, mucho mejor que sea uno mismo quien se lo cuente, que no, enterarse por terceros. Las reacciones nunca se hacen esperar, ya que muchas personas reconocen que nunca perdonarían una infidelidad, puesto que es un engaño contra el pilar de una relación: La honestidad.
Para conservar una relación y mantenerla, debemos de ser muy sinceros, demostrar nuestro interés por esa persona todos los días y hablar las cosas claramente, de ahí el temor de confesarlo, a la ruptura, por eso, lo mejor es hacer un ejercicio de autocrítica.
Muchos optan por callarse la boca, ya que el confesarlo no va a cambiar lo hecho, pero sí puede empeorar lo que se tiene. Es un tema de gran debate…¿tú qué harías?.
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