Hoy te ayudaremos a que el hábito del afeitado no sea una pesadilla diaria, sino que se convierta en un ritual de belleza. Solo tienes que seguir unos pasos para que todo vaya genial y tu piel no tenga que sufrir consecuencias.
Lo ideal es ducharse durante la ducha o justo después, ya que, todos sabemos que el agua caliente abre los poros y el vello se eliminará mucho mejor sin tener que hacer tantas pasadas y sin dañar la piel que es lo que a todos nos preocupa.

La piel tiene que estar en todo momento bastante mojada, al igual que la cuchilla, para que pueda deslizarse mejor por tu rostro. Cuando te eches la espuma de afeitar, debes de dejarla un par de minutos que haga su efecto, así, podrás empezar por los lados de la cara y dejar para el final el bigote.

Después del afeitado, usa agua fría y un buen after shave que no contenga alcohol. Si este proceso te daña mucho la piel, puedes dejar de afeitarte durante unos días…ya sabes que el look con barba, no demasiado poblada, está de moda.
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