Si no tienes ni tiempo para ir a la piscina o a la playa, pero quieres broncearte, está claro que la solución más rápida es aplicar una capa de autobronceador. Aunque parece muy sencillo, no lo es, ya que si no lo extendemos de una manera correcta, puede que nos queden las indeseables manchas.
Para comenzar lo que tienes que saber es que la piel debe de estar preparada para lo que se le viene encima y es por ello que nuestra manera de hacerlo es exfoliándola.
Podemos hacerlo con cremas especializadas o sin embargo, hacernos una rápidamente en casa. Simplemente, necesitamos un poco de crema hidratante a la que le echaremos un puñado de azúcar o sal. Aplicaremos esta mezcla por toda la zona que queremos broncear.
Cuando la piel esté uniforme, pasamos a aplicar el autobronceador. Se aconseja comenzar por el rostro, dando un suave masaje, sin olvidarnos de ninguna zona y llegando hasta el cuello. Luego pasaremos al cuerpo y en ambos casos, tendremos que dejar secar antes de tocar o de vestirnos. Recuerda aplicar una capa del mismo cada dos días para llegar a obtener el tono deseado.